Dani Viqueira, director de Limbo

Dani Viqueira, director de Limbo

Consulta aquí la crítica de «Limbo», por Alba Carrillo.

Consulta aquí el encuentro online con los miembros del cortometraje

Dani Viqueira (A Coruña, 1983) estudió Realización e Imagen en la Escola de Imaxe e Son de A Coruña y el Máster de edición y postproducción en la Escuela Trazos de Madrid. Ha trabajado en series como piratas, spots como Estrella Galicia y programas para TVG.  Limbo, que estuvo nominado en 140 festivales alrededor de todo el mundo, y actualmente está nominado al Méliès d’or y calificado para los premios Goya 2021, es su primer cortometraje. Ahora acaba de terminar de montar su segundo cortometraje como director llamado La penumbra.

 

¿Qué se encontrarán los que mañana asistan a la emisión online del cortometraje?

Van a encontrarse con un cortometraje de terror angustioso y duro, que habla sobre la violencia, la culpa y los demonios interiores. Para los amantes del género creo que es un buen producto para consumir, pero no es apto para todos los públicos.

¿Cuánto tiempo tardó su realización, desde la idea original hasta su estreno?

La realización de Limbo tardó aproximadamente 8 meses desde que tuve la primera idea hasta que estuvo listo el montaje final. Primero comencé a grabar ideas que me venían a la mente y durante un mes fui a la finca donde lo grabamos por las noches para inspirarme. Me pasaba horas pensando y grabando secuencias, al principio solo y luego con la ayuda de mi pareja y mi madre, de hecho, el cortometraje se grabó y montó dos veces, primero con ellas y conmigo, y luego lo que finalmente vemos en el corto con los actores y el equipo profesional.

¿Qué fue lo más difícil en su creación?

Lo más difícil de la creación fue coger confianza. Me costaba pensar que podía crear un guión, llevarlo a buen puerto y conseguir controlar mi intuición. Durante el proceso me di cuenta de lo importante que es tener intuición, trabajarla y dejarte guiar por ella en los momentos de incertidumbre, si la llegas a utilizarla bien, vas a tener mucho avanzado en las cientos de decisiones que debes tomar como director. A veces no le damos la importancia que tiene y nos olvidamos de que la tenemos, pero debemos buscarla porque está ahí siempre.

Por otro lado, el proceso de creación no fue lo que solemos conocer como “normal”, las grabaciones que fui haciendo en la finca construyeron el camino para ir formando el guión, monté todo el cortometraje con las pruebas antes de plasmarlo en papel. Para mi era importe dejarme llevar por las cosas que veía o que se me ocurrían cada noche, si estaba sentado en el porche y en la lámpara veía una araña trepando una línea de tela, la grababa y luego grababa mi reacción. Esto me llevaba a otro lugar, de esta forma iba dejando que fluyesen las ideas, que se uniesen con otras y que se creasen unas nuevas. Fue un proceso intenso pero a la vez precioso.

Fotograma Limbo

Fotograma Limbo

Cuéntanos una anécdota del rodaje.

Hay unas cuantas, pero una de las más especiales es la forma en la que grabamos la escena en la que Xose Eirín (el actor principal) arrastra el cuerpo de Rita Aneiros (su hija en el cortometraje) al fondo finca. Es una plano fijo que dura en pantalla un minuto y era complicado porque necesitábamos que Rose (el perro) actuase, pero él es el perro de mi ahijada, no es un perro actor, y no teníamos claro cómo iba a salir. El día del rodaje se dio la casualidad de que mi ahijada vino vestida casi igual que Rita, con un peto vaquero, y antes de empezar a rodar estuvieron jugando las dos con el perro. Pues no sabemos qué es lo que se le pasó por la cabeza al perro en el momento en que vio a Xose arrastrando a Rita por el campo, pero se puso a la defensiva y le empezó a gruñir. Nos dio la sensación de que asociaba a Rita como alguien a quien tenía que proteger, como a su dueña, y el plano nos quedó perfecto, hasta tal punto que cuando Xose le apunta con la escopeta el perro le estaba enseñando los dientes. La toma salió tan bien a la primera, que no la repetimos, y una de las secuencias que estimamos como más complicadas del corto resultó ser la más rápida de rodar. Fue algo muy simbólico, ya que esa escena fue el punto de partida de todo el proyecto.

No es que queramos hablar de dinero pero… ¿se puede saber su presupuesto?

Limbo valió alrededor de los 13.500 euros sin contar gastos de distribución, que serían unos 3.000 euros más. A mayores están los gastos de viaje a los festivales, que no fueron pocos, ya que estuvimos seleccionados en 140 y fuimos presencialmente a unos cuantos de ellos. Creo que habría que formalizar que te ofrezcan algún tipo de beneficio por proyectar tu corto cuando te lo seleccionan. Hay que luchar por cuidar a los creadores y a todo el equipo profesional que lleva a cabo los cortometrajes, y en ese sentido muchos festivales tienen una gran labor pendiente de desarrollar.

Dinos una frase para convencernos de que no nos lo podemos perder.

Mira todo tipo de cine, hasta el que no va contigo. Te sorprenderás.

Cartel Limbo

Cartel Limbo

¿Dónde estabas y qué hacías cuando te enteraste de que el corto estaba nominado?

En la misma finca donde se grabó Limbo, expectante delante de la pantalla del ordenador y tomando un café.

Si el cortometraje se lleva algún Fugaz, ¿cómo lo celebrarás?

Si acaba siendo una gala presencial, podréis ver en persona la fiesta que vamos a montar las ocho personas que estamos nominadas del equipo. Sería una noche bonita, sin duda.

Si acaba siendo virtual, el besazo y el abrazo a mi pareja que sin ella Limbo no sería Limbo.

¿En qué cambiará la creación y el consumo cultural tras el COVID19?

Creo que ahora mismo lo ha puesto patas arriba, estaremos un tiempo sin recuperar la normalidad. Los rodajes sin grandes presupuestos siempre han sido complicados, tienes que ajustarte mucho a las circunstancias y a los pocos medios que nos podemos permitir, pero ahora mismo con las medidas que hay que aplicar los veo impracticables. A la vez, está siendo un gran momento de reflexión, pero a nivel personal me ha sido complicado crear con toda esta situación, aunque también es cierto que poco a poco se está disipando esta sensación. 

También creo que el consumo de streaming se posicionará aún más, tal y como está pasando con el teletrabajo.

Dinos algo positivo que crees que sacaremos, como sociedad, de toda esta experiencia.

Dejando a un lado el momento terrible que estamos viviendo y la incertidumbre económica y laboral en la que nos encontramos, creo que una de las cosas que hemos podido comprobar estos meses es que como sociedad manteníamos un ritmo de vida demasiado frenético. Gracias a que la vida se ha parado, hemos podido sentir la tranquilidad de estar en casa y no perdernos nada fuera. Hemos disfrutado de la soledad, de no hacer nada o hacer cosas que tenías pendientes desde hace años, de dedicarte tiempo a tí mismo y a nuestros seres queridos. Ha sido un momento para conocerte más. Pero a pesar de que creo que le daremos más valor a algunos de estos aspectos a partir de ahora, también tengo la sensación de que será algo que olvidaremos con el paso del tiempo y que el sistema nos volverá a arrastrar de nuevo al mismo ritmo frenético.

Un libro para tener en la mesita de noche

En estos momentos tengo el guion de Caníbal, de Alejandro Hernández y Manuel Martín Cuenca y el guion de Truman de Cest Gay y Tomás Aragay.

Una película que te inspiró para hacer películas

Evil Dead, Pesadilla en Elm street y El cabo del miedo.

Recomienda una serie para ver en una plataforma de streaming

Merlí

Y por último, dinos cuál es uno de tus cortos favoritos

La Ruta Natural de los Hermanos Pastor.

 

Elige:

Palomitas o silencio en la sala

Silencio en la sala

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